domingo, 11 de octubre de 2015

Bizancio

Cierro los ojos y oigo el rumor de un antiguo imperio,
el aliento viscoso de una miríada de almas atrapadas.


Huelo las piedras, siento las paredes vivir y erguirse,
hendir el suelo frío, volver a la tierra y crepitar en ella;
toco las trazas de las lanzas en los muros y el orgullo,
heridas ya cicatrizadas de un cadáver bello e inmortal;
toco las manos que construyeron el mismo sendero:
la columna, el templo y el circo, la calzada, la arena…
los ancestros que nunca lloraré por sólo ser recuerdo.

Los ancestros que susurran al viento: vida y misterio.

Siento la carga de un mundo descender y fallecer,
estrangulada y desmantelada en lágrimas pétreas,
perlas de nácar y marfil desperdigadas en el suelo,
humedad de los siglos, arañazos a las memorias.

Veo un cuerpo amortajado, un ajuar esplendoroso
y una miríada de almas que caminan sobre ellos,
miles de personas que observan el gris obelisco,
miran el último aliento del gladiador que no ven,
el descarnado pulgar que ha decidido ya: es el fin.

Los insolentes, los soberbios, hombres y mujeres,
jóvenes y ancianos, los respetuosos y los humildes.
Guerras, paz y oraciones: todo es tinta en el libro,
libro que es memoria, memoria: su último aliento.

Nacimiento, gloria y esplendor, decadencia, caída,
visto desde aquí, en una postal, duro dolor lejano:
visto en una triste fotografía: ruina y museo magno,
una imagen nostálgica del transcurso de los tiempos.

jueves, 13 de agosto de 2015

03:54

"Knowledge is a deadly friend
When no one sets the rules.”
King Crimson - Epitaph

Las puertas del conocimiento están cerradas
si no ves lo que pasa en tus mares de gritos,
si no quieres oír las olas, tus aullidos callados.

Las ventanas de la esperanza están tapiadas
si no ves lo que atiza las tormentas del pasado,
si no quieres oír las gotas, pecados silenciados.

Los puentes de la confianza están levados
si no ves lo que rompe a los hombre tristes,
si no quieres oír las palabras, llantos de sueño.

jueves, 30 de julio de 2015

03:33

Dentro de mí, en la profundidad de las entrañas
está escondido, esperando, el manojo de llaves
que abrirá los candados que me tienen atrapado
dentro de esta jaula vacía que he llamado vida.

Dentro de mí, hormiguean y muerden las preguntas
a mi colección de vestigios, inútiles pero necesarios,
mis vértigos que nunca estuvieron tan despiertos,
tan temerosos del cielo pero no de la tierra que piso.

Fuera de mí, aún persistentes, campanario resonando,
Tú, mis vestigios y vértigos: inútiles pero necesarios.

miércoles, 15 de julio de 2015

00:35

No hablas y quemaría cada una de las palabras por este silencio,
esparciría las cenizas de las letras calcinadas que yacen inermes
para seguir el recorrido de tus dedos dibujando incendios en el aire,
sólo por ver la fuerza de tus ojos al arder entre llamas de ideales.

No hablas y espero que no extingan tu conmovedor silencio,
que tu fuego los deje desamparados, sin hogar, y sin verbos
para seguir las estelas de humo que van dejando tus sonrisas,
sólo por ver como sin decir nada has llenado de vida la estancia.

viernes, 10 de julio de 2015

07:28

"Aunque esta herida duela como dos”
Mario Benedetti

Respira.
Respira sin esperar una respuesta,
aunque respirar te parezca absurdo.
Respira sin esperar nada a cambio,
aunque respirar nos hiera a ambos.

Vive.
Vive sin esperar a que te lo digan,
aunque vivir te parezca cosa difícil.
Vive sin esperar mi vuelta a casa,
aunque vivir signifique ser cicatriz.

Vive, respira, vive…

Respira sin esperar a que te lo pida,
vive sin esperar a todas esas cosas.

jueves, 2 de julio de 2015

08:54

Y en tu sinceridad te vas,
con tu transparencia invisible,
y sin rencor por mi parte;
Y es que te vas,
y me aligera no saber siquiera
quién eras o porqué aceptaste.
Y te vas,
con tu indiferencia
que nunca fue cruel
ni premeditada.
Y es que ya te has ido,
de aquí, de donde nunca estuviste.

sábado, 27 de junio de 2015

13:11

Van vibrando con música acompasada
los redobles de pasos que diste un día
desde tu corazón, desde tus entrañas.

Van latiendo arrítmicas tus vergüenzas
y te observan los sueños que humillaste
por tu maldita sed de deber desafinado.

Van palpitando con cadencia funeraria
los ideales marchitos que acumulaste
dentro de tu danza de vida sentenciada.

Van rasgando las cuerdas de tus brazos
las ilusiones azules que nunca tocaste
en una harmonía que se ha estancado.