domingo, 4 de mayo de 2014

3:47

Cuando éramos un abrazo más entre los arboles
de aquel fugaz verano sin prisa,
cuando éramos bicicletas borrachas divagando
por aquellas calles desiertas,
cuando éramos perros paseantes por los parques
de aquel pueblo tan nuestro,
cuando éramos madrugadas de manos desveladas
por aquellas noches de ojos varados…

Entonces, cuando aún éramos…

Fuimos:
un abrazo borracho entre parques de madrugada,
una bicicleta desvelada, paseante entre arboles,
un par de perros divagando en busca de manos.

Todo esto pasó… pasó en un verano fugaz,
un verano eterno y sin prisa,
en calles desiertas, en un pueblo tan nuestro,
en aquellas noches de ojos varados.