domingo, 31 de mayo de 2015

21:55

Otra vez ando rumiando…

Rumiando lo de siempre entre mis dientes que parpadean
mientras desaparecen cuando pronuncio estas palabras
en la oscuridad de mi cuarto: solitario, desnudo, expectante.

Otra vez ando hablando…

Hablando de lo de siempre devengo en quejido constante,
masco el mismo gemido, lamento todo desde las costillas
y miro el simulacro de llanto en que se convierten mis letras.

Otra vez ando buscándola…

Buscándola a ella, la de siempre.

Sé que llegará pronto…
Llegará preñada de mentiras nuevas y recuerdos aún por venir.

17:22

He atado esta imagen con nudos densos de mentiras cenicientas
para que no escape de la mirada falsa y terca de mi recuerdo
obstinado en hacerme gritar palabras de dolor imaginario.
He visto sogas que la amarran a mis sueños que aun sienten
el frío temblor de la sangre que recorre mis pensamientos
cuando viene a mí en las noches de lunas ausentes.

He asimilado que estas experiencias no me abandonaran
aunque pasen los inviernos, los emocionales y los de verdad,
porque me he tapado con ellas para no sentir el calor de la paz.
He entendido que las heridas son los caminos que surcan el alma
igual que las arrugas son mudas y no dicen nada para los jóvenes
que no alcanzan aun la amargura de quien tiene un destino muerto.

martes, 26 de mayo de 2015

01:08

Sus ojos están sellados y oscurecidos por el peso
de las palabras ajadas que acarrea en una bolsa,
verbos que no escatiman polvo, bañados en él.

Sus ojos están sellados y oscurecidos por el sueño,
vela su tiempo malherido que reposa en la cama,
su dolor: pariente cercano, cómplice de su poesía.

Sus ojos están sellados y oscurecidos por el olor,
libros enteros que huelen a deslustrado amarillo,
a estantería sin ojos, a páginas sin saliva o dedos.

Sus ojos están sellados y oscurecidos por el llanto,
el hambre, la búsqueda a tientas del sufrimiento
fingido o real, una piedra que duele en los labios.

Sus ojos sellados y oscuros por el peso del sueño.
Sus ojos sellados y oscuros por el olor del llanto.

lunes, 11 de mayo de 2015

04:10

Mi pequeño lunático permanece aparcado,
vive a un lado de una ventana que lo aleja,
trinchera desde la que mira nuestro mundo
y mis días deslustrados por sus demencias.

Mi lunático camina calmo por mi cuerpo
sonriente y silencioso, vestido de años,
de tiempo del que me ha ido despojando,
se sabe, el pequeño, vencido y devastado.

Mi pequeño cree que me ha desviado
o que me ha desquiciado en mi camino,
mi lunático piensa que me destrozaron
sus travesuras de pequeño bastardo.

Lo que mi pequeño lunático desconoce,
lo que no sabe, es que hoy lo despido.
Me desprendo no sin cierta angustia,
no sin cierta ansiedad de años sanos,
de tiempos y vientos auténticos.

martes, 5 de mayo de 2015

03:43

Tus dedos tocan una triste y tosca tonada,
mi cuerpo comprende que ha de colaborar
y baila perdido entre tus brillantes burlas.
Mi cuerpo gira, se torna débil en tus dedos,
las piernas, blandas, están delgadas y torpes
y se deslizan desenfrenadas bajo tu tiranía.

Tus manos atadas a mis mustios brazos
agitan los cordones que me agarran,
los que me unen a tus hilos de venganza.
Mis piernas penetran veloces el viento
mientras tú las estiras con tus cadenas,
tus manos me mueven, soy marioneta.