jueves, 30 de julio de 2015

03:33

Dentro de mí, en la profundidad de las entrañas
está escondido, esperando, el manojo de llaves
que abrirá los candados que me tienen atrapado
dentro de esta jaula vacía que he llamado vida.

Dentro de mí, hormiguean y muerden las preguntas
a mi colección de vestigios, inútiles pero necesarios,
mis vértigos que nunca estuvieron tan despiertos,
tan temerosos del cielo pero no de la tierra que piso.

Fuera de mí, aún persistentes, campanario resonando,
Tú, mis vestigios y vértigos: inútiles pero necesarios.

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